jueves, 1 de noviembre de 2018

Día 62: Especial

Cuando llegamos a la Populorum y había unos voluntarios de Sevilla que justo se fueron a los tres días tras dos meses, pensamos que jamás llegaríamos a tener tanta confianza con las niñas como ellos tenían, porque se mostraban muy tímidas; nos equivocamos.

Cuando llegamos a trabajar a centros como San Francisco, donde había una voluntaria de Granada que llevaba desde un mes antes yendo pensamos que los niños y educadores no nos apreciarían tanto, o en La Nora, donde nos recibieron fríamente; nos equivocamos.

Cuando la gente de UNICEF nos explicó su proyecto pensamos que seríamos otros voluntarios más que venían a ayudar; nos equivocamos.

En todos y cada uno de los sitios por donde hemos pasado he sentido cómo éramos especiales para las personas que allí estaban. Y hablo de María, de Maite y de mí, pero en lo puramente personal también lo he notado: solo yo iba a jugar al fútbol con los Populorum chicos, y muchos me apodaban “el malagueño” cuando pasaba por el CCJ donde todos recibían clases; y eso que había como veinte o  treinta malagueños más de voluntariado.

Y no soy especial por ser como soy, ni por lo que hago; es la gente y su trato la que hace que seamos algo especial para ellos y nos sintamos valorados. Supongo que haber vivido entre hondureños y no haber estado encerrado en grupos de españoles ayudó.

Hoy tocaba despedirse de todos ellos. Gracias por el tiempo compartido, ha sido un placer.

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